14.1.09

¿Tzitzit o no tzitzit?

En invierno tenía cuatro pares de tzitzit. Primero se me rompió uno, después otro. Quedaron dos. Llegó el verano y me compré otro par. Creí que tres eran más que suficientes. Me equivoqué. El lunes a la mañana me desperté para ir a tefilá. Tenía un tzitzit para mandar a lavar (estaba impresentable sino hacía la gran “un día más aguanta” y me lo ponía) y los otros dos se estaban secando. ¿Qué iba a hacer? Yo quería ponerme tzitzit, tenía toda la intención pero no tenía uno. Bueno, un día sin usar tzitzit no pasa nada llegué a pensar. Fui al Templo sin tzitzit, hice tefilá con el talit. Estaba por irme a trabajar y vi que el local de judaica estaba abierto. Hice un gesto que parece simple aunque nada es simple cuando estás luchando contra el ietzer hará. Me compré unos tzitzit nuevos. Llegué al trabajo y me los puse. Tuve un día con tzitzit y además ya me quedó para seguir usándolo todos los días. Fue una de esas cosas chiquitas que me tuvo contento todo el día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

bien leo!