26.1.09

Amidá demasiado rápido

Cuando empecé a rezar la Amidá me concentraba en el sentido de cada palabra que decía. Con el tiempo incorporé la tefilá a mi vida (esa es la buena noticia) y también no puedo evitar que a veces se transforme en un acto mecánico (esa es la mala). Luego de varios días de hacer tefilá sin minian este Shabat retomé los rezos en el Beit Hakneset. Durante la Amidá me di cuenta de que estaba yendo muy rápido. Iba a terminar antes que todos. ¿Cómo iba a quedar frente al resto del minián por dar tres pasos para atrás tan pronto? ¿Qué clase de tefilá era esa? Podía decirla un poco más lento pero ya estaba en Modim. ¿Qué podía hacer? ¿Aflojar el paso? ¿Quedarme parado en el lugar después de haber terminado? Ninguna opción me pareció la correcta. Tomé aire y conciente del error hice la tefilá que faltaba a un ritmo normal que me permitiera concentrar en lo que estaba diciendo. Cuando terminé di los tres pasos para atrás. Y sí, fui uno de los primeros en terminar pero ¿a quién quería engañar? La tefilá da revancha. La próxima vez espero estar más conectado desde el principio.

14.1.09

¿Tzitzit o no tzitzit?

En invierno tenía cuatro pares de tzitzit. Primero se me rompió uno, después otro. Quedaron dos. Llegó el verano y me compré otro par. Creí que tres eran más que suficientes. Me equivoqué. El lunes a la mañana me desperté para ir a tefilá. Tenía un tzitzit para mandar a lavar (estaba impresentable sino hacía la gran “un día más aguanta” y me lo ponía) y los otros dos se estaban secando. ¿Qué iba a hacer? Yo quería ponerme tzitzit, tenía toda la intención pero no tenía uno. Bueno, un día sin usar tzitzit no pasa nada llegué a pensar. Fui al Templo sin tzitzit, hice tefilá con el talit. Estaba por irme a trabajar y vi que el local de judaica estaba abierto. Hice un gesto que parece simple aunque nada es simple cuando estás luchando contra el ietzer hará. Me compré unos tzitzit nuevos. Llegué al trabajo y me los puse. Tuve un día con tzitzit y además ya me quedó para seguir usándolo todos los días. Fue una de esas cosas chiquitas que me tuvo contento todo el día.