31.10.06

Rezar en Lavalle y Florida

BS´D
Cuando empecé a estudiar Torá hubo algo que creí que sólo lo podía hacer la gente que estudiaba todo el día: el rezo de Minjá con minián. Al trabajar en relación de dependencia la Tefilá más difícil de hacer es la de la tarde. A veces no se puede rezar en privado o es un lujo contar con nueve personas más.

El primer rezo que incorporé en mi vida fue el Shemá de la noche. Después compré unos Tefilín y empecé a rezar a la mañana. Pasar de nada a 2 rezos me parecía más que suficiente. Minjá era algo imposible. Hasta que cambié de trabajo. De un barrio de la Capital tuve que ir a trabajar al Centro. No me gusta el Centro. Como en cualquier ciudad del mundo al único que le gusta el centro es al turista. Es gris, lleno de oficinas, con gente a las corridas. El Rab de la Comunidad donde estudio me comentó que había un minián en Florida y Lavalle, en una galería. Y es en ese preciso momento donde las cosas vienen servidas en bandeja donde surgen todas las dudas. ¿Cómo voy a hacer para cortar el trabajo, rezar y volver? No me va a dar el tiempo. ¿Cómo es el rezo de la tarde? No voy a conocer a nadie. Si voy una vez, ¿voy a tener que ir todos los días? Mis ganas de ir se juntaban con mis miedos que hacían que pensara que era mejor dejar la idea para cuando supiera más sobre la Tefilá.

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Hasta que me puse un objetivo que podía alcanzar. De querer ir todos los días pasé a conformarme con ir una vez por semana. Di el primer paso. No fue fácil. Estaba seguro que con una mirada fugaz la gente podía percibir que yo no era del palo de los que hacen Minjá con minián. Al ser un visitante ocasional nunca daba el salto a miembro del elenco estable. Ese círculo vicioso hacía que mis visitas siguieran siendo irregulares. Entró a trabajar conmigo un amigo con el que estudiamos juntos. Y él empezó a ir al minián como si fuera lo más normal del mundo. Para mí todo cambió. Ir con alguien no era lo mismo que ir solo.

No es que a partir de ahí empecé a ir todos los días. No soy una persona de cambios bruscos. Me reafirmé en el hecho de ir una vez por semana. Pronto me plantee ir tres veces y alguna más si podía pero prefería estar por encima de la promesa que estar en falta. Hasta que en un momento tomé la decisión más sana: dejé de hacer cuentas. Con todas sus dificultades me gustaba ir a hacer Minjá. Así que decidí ir siempre que pudiera. Esa decisión me abrió otra perspectiva.

Desde el momento en que me relajé pude apreciar cosas que siempre habían estado ahí pero yo no las veía. Dejé de mirar mi ombligo y miré a mi alrededor. Empecé a generar un vínculo con la gente. Y descubrí que no es gente que estaba esperando el mínimo error para amonestarme. Son personas que, como yo, trabajan en el Centro y necesitan un lugar para hacer Tefilá. Está el Rab Bassul que viene especialmente para dar un breve Shiur sobre Shemirat Halashón y la Parashá de la semana. Hay una persona que cede la oficina en forma anónima para que hagamos Tefilá. Hay alguien que llega más temprano y ordena las sillas. Hay un Jazán oficial y varios que debutaron como Jazanim en el minián. Hay gente que vienen todos los días. Hay visitantes ocasionales que firman el libro de visitas. Hay extranjeros que oyeron hablar del minián y vienen a hacer Tefilá. Hay una seudá cada Rosh Jodesh y hay una persona que se ocupa de esa seudá. Hay gente que viene desde lejos para poder rezar con 10 personas. Hay días que parece que no vamos a llegar al quórum y días donde parece que no entrara más gente en la oficina.

Ir a rezar ahí tiene algo de “Misión imposible”. Una oficina que durante el resto del día funciona como estudio de mediación, ubicada en una Galería. Si nos cruzamos con alguno del minián en el ascensor nos saludamos en forma cómplice, atravesamos el pasillo y golpeamos la puerta. Nadie sabe que ahí adentro se hace Tefilá. No hay que decir contraseña, es lo único que falta. Y en Sucot nos mudamos a otra oficina en Florida que tiene una Sucá y merece un artículo aparte. Como los agentes secretos es muy poco lo que sabemos uno del otro. De alguno sé el apellido, de otro sólo sé a qué comunidad va, de otro sé que tiene 4 hijos, de uno sé su nombre pero creo que él no sabe que lo sé.

Hacemos Tefilá, estudiamos un poco y volvemos al trabajo. Sé que nada es para siempre. En algún momento cambiaré de trabajo o la empresa donde estoy mudará las oficinas. Aunque suene a frase hecha no deja de ser cierto: creo que nunca voy a encontrar un minián como este.

Glosario
Minjá: rezo de la tarde.
minián: grupo de 10 hombres que se reúnen para rezar.
Tefilá: rezo.
Shemá: rezo nocturno.
Tefilín: filacterias utilizadas en el rezo matutino.
Shiur: clase de Torá.
Shemirat Halashón: cuidado del habla.
Parashá: sección de la Torá que se lee semanalmente.
Jazán: cantante litúrgico.
Seuda: comida festiva.
Rosh Jodesh: Comienzo del mes.
Sucá: Cabaña que se utiliza en la fiesta de Sucot.

27.10.06

Dime que te contesta y te diré que prejuicio tiene

BS'D
Invitás a un amigo a escuchar una charla de Torá

Dice: Tengo fútbol.
Prejuicio: Yo vivo en el mundo de hoy, no como hace 400 años.

Dice: Tengo facultad
Prejuicio: A mí no me van a lavar la cabeza.

Dice: Estoy bien así.
Prejuicio: Me van a decir que todo lo que hago esta mal.

Dice: Gracias, no es para mí.
Prejuicio: No quiero terminar con barba y sombrero.

Dice: Basta, no me insitas más.
Prejuicio: Quiero ser libre. No quiero vivir limitado.

26.10.06

Relaciones familiares

BS’D
Seguramente cuando leamos este artículo, muchos de nosotros nos vamos a sentir identificados.
Artículo extraído de: www.jabad.org.ar

"¿Qué clase de Di-s no querría que un hijo esté con su madre en una fiesta judía?", preguntó mi madre, exacerbada cuando le dije que no podríamos conducir nuestro automóvil en Iom Tov."Durante 36 años no te importaron las fiestas judías. ¿Ahora te importan pero no puedes traer a tus niños para estar con su abuela?"Yo sabía que estaba en peligro."Estoy contenta de que finalmente hayas decidido ser judío", continuó ella. "¿Pero tienes que ser tan religioso que no puedes comer en la casa de tu propia madre? ¿Eso es lo que Di-s quiere?"

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Le llevé la queja a Rabí Yosef Samuels, el Rabino de Milwaukee que me atrajo a la Torá."La Torá no es sentimental", me explicó. "Encara la verdad, y a veces la verdad no es lo que la gente quiere oír. Pero si confías en la verdad, lo que significa: si confías en Di-s, ella y El eventualmente te guiarán a donde quieres ir, aunque tal vez nunca sepas exactamente cómo llegaste allí".Mi madre no lo compró. Ni mis hermanas. Mirando atrás, no estoy seguro de que yo lo hice, tampoco.

Mantener los lazos familiares es un asunto a menudo doloroso para un baál teshuvá (retornante a la observancia judía). La observancia religiosa puede imponer separación de aquellos a quienes más amas, con frecuencia en el peor de los momentos: casamientos, bar mitzvás, reuniones de familia, incluso funerales."OK, se está casando en una sinagoga reformista. ¿No puedes venir a la boda de todos modos?""Lamento que la cena de aniversario será en un restaurante no-kasher. Pero realmente nos encantaría que tú estuvieras allí"."Nosotros no somos ortodoxos. Pensamos que su conversión es suficiente".La tensión continuó hasta los años finales de mis padres. Mi familia y yo disentíamos sobre el nivel de atención médica a administrar. El debate entre "calidad de vida" y halajá (ley judía) era intenso.

Mi padre falleció tras una prolongada enfermedad. Pero medidas heroicas ayudaron a brindar unos seis maravillosos años adicionales a mi madre.
Comúnmente evitábamos estos desacuerdos, eligiendo mantener la paz. No analizaba cuestiones espirituales con mi familia. Aprendí esta lección en mis primeros años de observancia judía. Yo era provocativo, proyectando una sensación de "he encontrado la verdad y ustedes no", con mucha arrogancia. Por aquel entonces, creía que mi nueva comunidad de amigos religiosos podría suplantar a mi familia. Pero me encontré con cuán errado estaba. Sólo tengo un juego de padres, y dos hermanas. Nadie los puede reemplazar.

Mi esposa y yo invertimos gran energía en crear una familia observante de la Torá. Ya preveo, más allá en el camino, mi mesa del salón comedor llena de hijos y nietos. La mesa se estira hacia adelante en el curso de las generaciones. Rabinos y eruditos, comerciantes y maestros, madres y padres están sentados allí, todos abrazando la Torá. Y aunque la Torá que abrazan es una Torá de verdad y no de sentimentalismo, mi visión es muy sentimental. Estoy muy agradecido, y orgulloso, de la vida que mi esposa y yo estamos forjando.Pero por más maravillosa que sea mi fantasía no reemplaza el amor que siento por mis padres y hermanas, o mitiga el dolor que siento cuando hay distancia entre nosotros. Y por eso, cada vez que podemos, mis hermanas y yo compartimos nuestras vidas.

En mi última visita a los Estados Unidos, mis hermanas y yo fuimos al cementerio para visitar a nuestros padres. Era muy íntimo. Mi hermana trajo pétalos de rosa todavía frescos de la boda de su hija y los esparció sobre el pasto bajo el cual yacen nuestros padres. Yo coloqué una piedra que había traído desde Safed.Una hermana leyó un hermoso párrafo acerca de cómo cuando pierdes de vista a un barco que cruza el horizonte, el barco todavía existe; y si bien no puedes verlo, sabes que hay otros del lado opuesto aguardando recibir a sus ocupantes. Yo traje un libro de Salmos, del que pensaba leer uno o dos capítulos. Leo suavemente en hebreo, mis hermanas en inglés. Cuando terminamos los dos que había escogido, una hermana dijo: "Leamos uno más". Esto continuó una media hora, mientras leímos una docena.Después, en el almuerzo, mi hermana mayor nos contó que recientemente se había asociado a una sinagoga por primera vez en su vida. "Quiero aprender más sobre el judaísmo y estudiar hebreo", dijo. "¿Crees que soy demasiado vieja para comenzar?"Mi otra hermana (también mayor que yo) pertenece a una sinagoga reformista. Nos contó que había comenzado a asistir a clases con un Rabino ortodoxo, mientras su esposo estudia con el mismo Rabino en un grupo de "almuerzo y estudio" varias veces en la semana. Ella explicó que no planeaban "volverse ortodoxos", pero disfrutaban de la profundidad del estudio.

Yo estaba complacido con estas actividades, pero me significaron menos que el simple placer que compartíamos en el restaurante y la proximidad que habíamos sentido ante la tumba. Supe ahora que lo que buscaba era intimidad, no coincidencias religiosas. Disfruté de nuestra unidad de familia y me maravillé por la capacidad de mis padres en mantenernos juntos, incluso en la muerte.

Camino de regreso del restaurante, todos concordamos en que la visita al cementerio había sido "simplemente perfecta". Yo regresaba a Israel en un par de horas, y cuando nos despedimos, cada uno dijo al otro "te amo". En ese instante sentí la presencia de los otros tres que habían venido para unirnos en este momento de partida, los tres que crearon los nexos que nos mantuvieron juntos y continuarán haciéndolo.Quizás lo imaginé, pero mientras nos dimos besos de despedida sentí que se nos habían unido mi madre y mi padre, sabiendo que estaban sonriendo; y que todos nosotros estábamos siendo rodeados y envueltos por Di-s, cuyo misterio y benevolencia incesantemente se despliega de las maneras más inesperadas. "Pero si confías en la verdad, lo que significa si confías en Di-s, ella y El eventualmente te guiarán a dónde quieres ir, aunque tal vez nunca sepas cómo exactamente llegaste allí".

20.10.06

Cuidar lo que decimos

BS'D
La gente de Shiurim.com.ar armó un proyecto para aprender a no decir Lashón Hará (hablar mal del prójimo).
Todos los días te mandan un mail a tu casilla con una halajá.
Para participar del proyecto manda un mail a: alta-jafetzjaim@shiurim.com.ar
A continuación ponemos el link de varias Halajót para escuchar on-line:
Halajá 1
http://www.ieshiva.org.ar/jafetzjaim/1729.mp3
Halajá 2
http://www.ieshiva.org.ar/jafetzjaim/2729.mp3
Halajá 3
http://www.ieshiva.org.ar/jafetzjaim/3729.mp3